Beneficios de caminar por la playa

Caminar por la playa tonifica la musculatura, mejora la salud cardiovascular y despeja la mente

La playa es un lugar especial, bonito y lleno de energía. El agua del mar nos refresca, la brisa nos relaja y la arena nos conecta con la naturaleza. El verano, además, nos brinda la posibilidad de tumbarnos al sol, practicar algún deporte y dar largos paseos por la orilla.

Caminar es una forma sencilla de mantenerse activo, ya que se trata de un ejercicio altamente beneficioso que ayuda a quemar calorías, mejorar la salud cardiovascular, tonificar la musculatura y serenar la mente.

Ventajas de pasear por la playa

1. Relajante: el contacto de la planta de los pies con la arena proporciona un efecto calmante que nos libera de tensiones y nos aporta paz mental. La textura granulosa masajea las terminaciones nerviosas de los pies que nos causan aún mayor bienestar.

2. Favorece la circulación: el movimiento de las extremidades y el roce con el terreno rugoso activa el flujo sanguíneo, previniendo la aparición de varices y mejorando la salud del corazón. Si además, nos zambullimos, la temperatura del agua nos ayudará a movilizar el retorno venoso y la circulación linfática.

El frío de la arena y el agua cuando caminamos por la orilla también ayuda a disminuir la inflamación acumulada en las piernas, bien por la retención de líquido o si tenemos alguna lesión.

3. Fortalece la musculatura: andar sobre este suelo inestable resulta más exigente y costoso que hacerlo sobre asfalto. Esto propicia que los músculos trabajen más, y por tanto, se tonifiquen y se endurezcan en menos tiempo.

4. Mejora la salud ósea: el acto de caminar incrementa la densidad ósea y previene la osteoporosis, y en la orilla, los beneficios se multiplican. Además, los rayos del sol ayudan a sintetizar la vitamina D, esencial para fijar el calcio en los huesos.

5. Mayor gasto energético: un estudio publicado en el Journal of Experimental Biology concluye que caminar sobre la arena requiere de 2,1 a 2,7 veces más gasto de energía que hacerlo sobre una superficie dura a la misma velocidad.

6. Se gana equilibrio: ir descalzo estimula los mecanorreceptores de la planta del pie, mejorando la percepción, la conciencia corporal y el sentido del equilibrio. Se recomienda como ejercicio para trabajar la propiocepción tras haber sufrido lesiones en miembros inferiores.

7. Baño refrescante: si haces un alto en el camino y aprovechas para bañarte estarás cuidando también de tu piel. El alto contenido en yodo y sodio del agua del mar ayudan a prevenir y retrasar el envejecimiento de la dermis.

8. Corrige la postura: pisar con los pies desnudos nos reporta mayor seguridad en la pisada y más potencia en la zancada, incrementando nuestro impulso y favoreciendo una postura más saludable.

¿Caminar por orilla o arena blanda?

Si nos centramos puramente en la actividad de caminar en la playa, debemos diferenciarla en dos:

  1. Caminar por la orilla
  2. Caminar por la arena blanda

La arena blanda es una superficie con una alta capacidad de absorción, inestable e irregular. Estas características van a hacer que cuando caminemos descalzos por ella, toda nuestra musculatura tenga que realizar un esfuerzo mayor para mantener la estabilidad de nuestro cuerpo, principalmente en la articulación del tobillo; algo que en determinadas ocasiones puede ser beneficioso para rehabilitación o fortalecimiento de ciertas estructuras, pero en otros casos puede ser el causante de lesión.

La alta capacidad de amortiguación que presenta es beneficiosa a la hora de proteger nuestras articulaciones de los impactos, pero también nos genera una mayor tensión tanto en la planta del pie como en la musculatura de la parte de atrás de la pierna, ya que, durante nuestra vida diaria solemos llevar calzado con un poco de tacón, y al caminar descalzos por la arena vamos completamente planos y nuestro talón se hunde, por lo que aún generamos una mayor tensión en toda nuestra musculatura posterior, lo que nos puede generar algunas lesiones como fascitis plantar, sobrecargas en gemelos, problemas en tendón de Aquiles, etc…

Si hablamos de caminar por la orilla, observaremos que la arena presenta una mayor consistencia, por lo tanto, no tendremos el problema del hundimiento del pie y como consecuencia, aumento de tensión muscular. Tampoco tendremos el problema de inestabilidad, ya que la arena es mucho más compacta y estable.

El mayor incoveniente que nos encontraremos al caminar por la orilla es la inclinación. La mayoría de las orillas de nuestras playas no son planas completamente, por lo tanto, al caminar sobre ellas estamos desequilibrando nuestro cuerpo, obligando a nuestras articulaciones a trabajar en una angulación que no es normal para ellas y obligando a una de las piernas a soportar más peso que la otra. Uno de nuestros tobillos tendrá que caminar ‘doblándose’ hacia fuera, mientras que el otro lo hará ‘doblándose’ hacia dentro, y así con el resto de las articulaciones de nuestro miembro inferior. Esto puede cambiar mucho de una playa a otra.

Por eso recomendamos no caminar siempre en el mismo sentido, es decir, hacer un trayecto de ida, y el mismo trayecto de vuelta, para que así nuestro cuerpo trabaje de la misma manera en los dos lados.

Esperamos que os haya servido el articulo para aclarar dudas, aun así podéis dejar en los comentarios cualquier duda que tengáis y os ayudaremos a resolverla.

Es importante no olvidar aplicar crema de protección solar, aunque el cielo esté nublado y evitar caminar en las horas centrales del día, en las que el sol es más intenso, ya que podemos sufrir un golpe de calor, quemaduras provocadas por el sol, o insolación.

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